domingo, febrero 28, 2010

Terremoto

El sábado pasado a las 3:30 de la madrugada se nos movió la tierra, como acomodándose, tratando de quitarse las pulgas que la molestan, 8,8 grados richter dicen, según Wikipedia "el segundo mayor terremoto en veinte años", casi todo Chile dormía a esa hora, a excepción de quienes festejaban la llegada del fin de semana o se despedían de las vacaciones de verano; incluso algunos salían de la Quinta Vergara después de haber disfrutado con Ricardo Arjona en el Festival de Viña.

Pero eso no le importa a la Tierra, no da ningún aviso, no tiene compasión con los pobres, ni cizaña con los ricos, es igualitaria con todos, no tiene miramientos ni nada, todo le da igual, sólo ataca, si es que se puede decir así, y nosotros volvemos a recordar que no somos todopoderosos como siempre creemos, dependemos del humor del planeta, más bien del universo en que vivimos.

Estos desastres siempre sacan los extremos de la naturaleza humana, en Concepción la gente corre como loca a saquear un supermercado que se encuentra al frente de un edificio que se tragó a medio centenar de personas donde se escuchan gritos de ultratumba que piden ayuda y a ellos les da lo mismo, contar de conseguir aceite gratis todo da igual, mientras que en todo Chile jóvenes se ofrecen para lo que sea, desde quitar escombros a entretener a los niños que se quedaron sin hogar.

Acá en Santiago se organiza la ayuda con campañas de televisión y el gobierno envía a sus ministros a las áreas de desastre, todo el mundo se pronuncia como para demostrar que no se es indiferente y yo siento que vivo en una burbuja, en mi barrio nada se cayó, la mayor pérdida en mi casa fueron tres vasos y un loro de piedra al que se le voló el pico, literalmente, es como si todo lo que saliera en las noticias fuera mentira, una sátira de un Orson Welles moderno, sólo asumo la realidad cuando otra réplica hace mover los vidrios y volar las revistas de mi escritorio y recuerdo ese minuto y medio en que mi madre fue corriendo a mi cama tomo mi mano y rezó con una devoción que me asusta y que yo hace 5 años tuve.